Cuba, la isla verde. Patrimonio de la humanidad

La riqueza de Cuba se encuentra mas allá de sus playas y villas coloniales. La isla nos ofrece un panorama increíblemente rico y diverso de sitios donde se mezcla la historia y la naturaleza.

En el extremo occidental de la isla, La Sierra del Rosario, reserva de la biosfera, nos lleva a descubrir las antiguas plantaciones de Café que llevaron durante el siglo XIX la riqueza a la región.

La Ciénaga de Zapata, en la Bahía de Cochinos, nos lleva inevitablemente a la invasión promovida por los estadounidenses en 1961, además de ser uno de los enclaves de naturaleza en estado virgen más importantes del planeta.

La Sierra del Escambray en el centro de la Isla, refugio de los alzados durante los primeros años de la revolución, nos oferta hoy inolvidables recorridos acompañados de baños en sus lagunas y cascadas.

Todo esto nos haría casi olvidar a los «parientes pobres» de la región, Santa Clara y Yaguajay, donde combatieron el Che y Camilo Cienfuegos, dos comandantes inolvidables de la revolución.

Es por ello que todavía podemos encontrar una Cuba autentica a través de su amable población y de su naturaleza salvaje y virgen.

Imposible enumerarlo todo, pero imposible también dejar de mencionar la magnífica y muchas veces histórica Sierra Maestra, al este del país. Esta sierra recibió a los refugiados franceses después de la rebelión de los esclavos en Haití a finales del siglo XVIII y los campamentos de los rebeldes a mediados del XX.

Imposible dejar de mencionar la provincia de Granma, a orillas del mar, por donde desembarcaron los expedicionarios un día de diciembre de 1956.

Y por supuesto, imposible olvidarse de la Sierra de Cristal, entre sus suaves colinas y las Palmas Reales. Por allí fue donde todo comenzó con otro desembarco no menos memorable en el año de 1492, fue allí donde sin éxito, se le intento cambiar el nombre a la isla (que ya se llamaba isla de Cuba) por isla de Juana.

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